El miedo al fracaso es algo muy habitual y lo veo en muchos de mis alumnos. Pero no debemos confundir el fracaso con cometer un fallo o un error puntual. Si no tenemos perspectiva, los fallos pueden colapsarnos y acaparar toda nuestra atención. ¿Te has visto alguna vez agobiado/a por un error? ¿Cómo sueles tomarte los fallos?