A diario me encuentro con personas del mundo de las terapias y del crecimiento personal que no acaban de “bajar a tierra” sus proyectos.
Siempre hay excusas, y siempre totalmente justificadas :-D, por ejemplo:
-No me gusta el marketing. Es una manipulación.
-Esto de salir a vender está mal. Molesta a la gente.
-No puedo cobrar tanto por terapia. Me conformo con lo justo.
-Yo lo hago por ayudar. Si pudiera lo haría gratis.
-Los que se dedican a esto y se forran son indecentes.
-Esto de definir, calcular, planificar, estructurar es muy mental. El universo ya me lo traerá.
-Ahora no me toca. Ya llegará el momento.
-No tengo tiempo / no tengo dinero.
-Aun me falta formación. No estoy preparado. Algo tiene que madurar.
-Si me meto en esto, tendré que dejar el trabajo. Perderé mi seguridad económica., etc…
-¿Empresa? Grrrr!
Pero al final, el hecho de que mi proyecto arranque o no lo haga no depende de que sepa o no de marketing, finanzas, ventas, etc… depende de que quiera hacer algo al respecto. Y eso es la actitud que yo tengo frente a la vida, y depende al 100% de mi.
El tema principal es ordenar el caos que tengo en la mente. Hay mil cosas por hacer y cada día me pasan miles y miles de pensamientos e ideas por la cabeza, pero que al final lo único para lo que me sirven es para hacer ruido 😉
Pues vamos a mirar una serie de ideas, que si las vas ordenando y observando una a una te pueden ayudar a orientarte:
– La gestión correcta de un proyecto tiene que ver con la aptitud y la actitud. Somos buenos adquiriendo conocimientos que nos hacen aptos pero también somos buenos adquiriendo creencias que nos impiden usar esas aptitudes (actitud). ¿Qué hace que él llegue y yo no? Mi manera de mirarlo. Tenemos una actitud fruto de nuestro pasado. Es una actitud de una vida que ya no existe. Por ejemplo la de nuestros padres. Vivimos en un mundo con cambios muy rápidos. Y estamos preparados para vivir así, pero vivimos como si estuviéramos en el mundo de hace 50 años.
– Nuestro proyecto es un espejo nuestro. Nos muestra que partes de la gestión o de la acción que nos provocan “alergias” :-D. Es decir, si me digo: “esto del marketing y de ir a vender está mal porque molesta a la gente” o “yo no puedo cobrar tanto por terapia.. me conformo con lo justo” lo que me estoy diciendo es “no voy a vender” o “no valgo suficiente”, en definitiva, “no voy a hacerlo”. Nuestro proyecto es un regalo. Todas estas creencias crean una amalgama de conductas que todos sabemos que están ahí para evitar llevar a cabo el proyecto. La pereza, la procrastinación, el hiperperfecionismo, las excusas, la hiper formación, las dudas y los miedos, la hiperactividad, lo que consiguen es despistar nuestro foco de su objetivo. Mirándonos en nuestro proyecto podemos ver aquellas partes de nosotros que podemos optimizar, aprender de ellas y avanzar.
– Para poder ir viendo estas “creencias” que “nos ponen enfermos” lo que debemos hacer es ponernos manos a la obra. Vamos a toca Tierra y dejarlos de voladuras. “Pon los pies en el suelo y la cabeza en las estrellas”. Si no nos tropezamos con la piedra no sabremos nunca que está ahí para sacarla. ¿Cómo?. Lo primero, y lo que todos hacemos bastante bien, es tener la idea en la nube. Sueña en GRANDE. Escríbelo todo en una libreta. TODO lo que te venga. ¿Y ahora? ¡Download! Ponle orden, estructura, defínela, concrétala. Para eso puedes usar los mapas mentales. Yo uso Mindmeister.com. Paso a paso. ¡Sin prisas! Pero con la idea clara. Como decía Yoda: Hazlo o no lo hagas, pero no lo intentes. 1. Sueña – 2. Descarga- 3. Define – 4. ACTÚA! La intención es un bisturí bestial.
– Establece unos objetivos y unas fases claras y medibles. Paso a paso. Busca los recursos necesarios. ¿No tienes dinero? Búscalo. ¿No tienes tiempo? Prioriza, … No hay problemas, hay soluciones que no nos gustan. Aprende a gestionar tu tiempo. No nos falta tiempo, simplemente lo invertimos en cosas menos importantes pero a las que les damos demasiada importancia.
– Pon foco y sostenlo. Es imprescindible la determinación y la perseverancia. Esto es como ir en bicicleta. Arrancar cuesta. Cuando estás en marcha es muuucho más fácil. Pero si te paras tienes que volver a empezar. Busca la teoría de las ventanas rotas.
– Disfruta del proceso. Si nos obsesionamos con la meta y el proceso que hemos definido, dejamos de ver opciones que tenemos a nuestro alcance. Una amiga mía me contaba: Esto es como ir de excursión a subir una montaña. Puedes estar obsesionado todo el viaje en llegar a la montaña dando prisas a todos los que están a tu alrededor, y en ese proceso te pierdes precisamente lo que habías venido a hacer: la excursión.
– Muy importante! Define: ¿Qué haces? ¿Cómo? ¿Para quién? y sobretodo ¿Para qué?. ¿Qué le aportas a la gente? ¿Qué hacer realmente? No es reiki, o acupuntura, o flores de bach.. es otra cosa. Búscala! Esto es lo más importante de todo. Esto lo tiñe todo. En función de qué aportes y para quién, crearás tu imagen corporativa, escribirás un tipo de textos o otros, usarás unos canales de captación de clientes o otros, unas redes sociales o otras, etc…
– ¿Cuanto vale lo que ofreces? ¿Cuanto vales? ¿Cuanto vale tu sueño y tu vida? Piensa en tu vida. ¿Cómo quieres que sea? Recibes en función de lo que crees que mereces. ¿Cuánto crees que mereces? O mejor dicho… ¿Cuánto quieres merecer? En base a eso: ¡CONSTRUYE! hazlo al revés de como lo estás haciendo.
– ¿Sabes cuánto ingresas? ¿Cuánto gastas de cada tipo de producto o servicio? ¿Llevas un control económico de la empresa? ¿Te salen los números? ¿Sabes que productos o servicios se venden más? ¿Has pensado en acoplarles productos y servicios complementarios? Estructura tus ingresos y tus costes por conceptos. Haz una previsión. y sobretodo, ¡incluye tu nómina!
– Empezamos nuestros proyectos colgando en facebook lo que hacemos y con suerte mandando algún whatsapp, pensando que en 2 días, el 80% de “mis amigos” contratarán mis servicios. ¿Qué sucede al final? Que no se apunta nadie. ¿Porqué? Porque no saben quien eres. Quizás sepan lo que haces pero no saben quien eres. Le estás pidiendo matrimonio a una chicha que ni siquiera te conoce. Claro que puede ser que esa chica busque/necesite a un hombre… pero ¿tu quién eres para ella? Primero mejor que te conozca un poco. ¿Cómo? Dándote a conocer, a ti, a lo que haces, a cómo lo haces y lo que aportas. Redes, charlas, articulos, pruebas gratuitas o a precio de derribo, muestras, vídeos, artículos, ferias, networkings, folletos,… ¡Que sepan quien eres!. Entonces puede que se casen contigo ;-). Pensad que hay muchas terapias, y todas ellas sustitutivas las unas de las otras Deben confiar en tu para que dejen de hacer lo que hacen o se permitan el lujo de otra terapia. Si ya te conocen y han probado lo que haces, ¡fidelízalos! Busca la manera de aportarles más. Mándales contenidos interesantes a través de newsletter y las redes. Consigue e-mails.
– Los early adopters (fans iniciales) no son tus únicos clientes. Debes fidelizar a tus clientes actuales para que sean “rain makers” o embajadores y generen la red que funciona mejor: el boca-oreja.
– ¿Tu imagen corporativa es adecuada al mensaje que quieres mandar? ¿Tienes web? ¿Se posiciona correctamente? ¿Tienes blog? ¿Tienes un vídeo presentándote y aportando contenido interesante? ¿Tienes las redes sociales activas? ¿Cómo te promocionas?
– ¿Cuál es el mejor canal de comunicación para ti? Lo sabes? ¿De dónde te vienen la mayoría de clientes? ¿ Están satisfechos con lo que haces? ¿Qué podrías mejorar? ¿Lo sabes? Ellos si. Pregúntales! No tengas miedo! ¿Cómo? a través de hojas de satisfacción por ejemplo.
– La clave de todo. Entrégate a fondo. Da todo lo que tengas siempre. Ten en cuenta: ¿Qué le puedo aportar a esta persona que tengo delante? ya sea online o offline. En vez de.. ¿como puedo sacarle el dinero?
– Piensa siempre DE DENTRO HACIA AFUERA, y la vida por ella misma te traerá de fuera para adentro. Esto va solo.
¡¡A por ello!!
Alex