Nuestro personaje (nuestro ego), por anarquismo, por pereza o por hedonismo tiene una tendencia natural a la procrastinación. Pero… ¿Qué mecanismos hay detrás de ella? ¿Qué herramientas o estrategias podemos utilizar para vencer a este ladrón de tiempo?
En primer lugar, tener claro el foco de nuestro objetivo profesional. Y, una vez que sabemos a dónde queremos llegar, podemos intentar negociar con nuestro “diablillo procrastinador”. Y si, además, utilizamos herramientas para la gestión del tiempo, estaremos en el camino adecuado para dejar de procrastinar.